Gatos
Los gatos han acompañado al ser humano desde hace miles de años, pero a pesar de este vínculo, no se les considera completamente domesticados. Suelen ser animales solitarios e independientes desde temprana edad, muchas veces por necesidad instintiva.
Son cazadores excepcionales, con una gran capacidad de adaptación a diversos climas. Sin embargo, su carácter explorador puede representar riesgos, como la transmisión de parásitos o enfermedades, especialmente si salen al exterior. También es común que lleven presas vivas al hogar para jugar con ellas antes de matarlas, lo que responde a su instinto natural de caza.
Comportamiento y socialización
Las hembras tienden a ser más hogareñas y prolíficas, y a veces pueden formar pequeños grupos estables. En cambio, los machos no castrados suelen recorrer grandes distancias, y pueden pasar días fuera del hogar. También pueden ser más territoriales y agresivos, especialmente en época reproductiva.
Los gatitos comienzan a explorar su entorno alrededor de las tres semanas de vida. A las cuatro semanas ya inician juegos y luchas con sus hermanos. En esta etapa, la socialización es clave: los gatitos criados con atención humana suelen ser juguetones y confiados, mientras que los silvestres o poco manipulados pueden desarrollar un carácter huraño y desconfiado, incluso agresivo.
Durante la pubertad (alrededor de los 6 a 8 meses), los gatos pueden presentar conductas indeseadas como el marcaje con orina. Castrar a machos y esterilizar a hembras antes de esa etapa ayuda a evitar problemas de conducta, de salud y de sobrepoblación felina. Además, reduce el riesgo de que se conviertan en vagabundos o sufran accidentes fuera del hogar.
Nutrición
El gato es el único animal doméstico completamente carnívoro. Su sistema digestivo no aprovecha bien los carbohidratos vegetales, por lo que su alimentación debe estar basada casi exclusivamente en productos de origen animal. Esto incluye carnes, vísceras y leche (que la mayoría tolera bien). Las dietas caseras rara vez cubren sus requerimientos nutricionales.
Una alimentación inadecuada puede llevar al gato a buscar presas en el exterior, aumentando el riesgo de parásitos o enfermedades. Además, nunca se debe alimentar con carne cruda, ya que esta puede ser fuente de infecciones zoonóticas como la toxoplasmosis.
Los alimentos comerciales (enlatados o secos) suelen estar formulados a base de carne, pescado, huevo o harinas animales, y deben estar suplementados con vitaminas y minerales, como la taurina y la vitamina A. Es fundamental controlar las raciones, especialmente en gatos esterilizados, ya que la obesidad es un problema frecuente.
⚠️ Nota: El exceso de vitamina A puede causar toxicidad y deformidades óseas. La suplementación debe hacerse bajo supervisión veterinaria.